dijous, 31 de maig del 2012

Pompeya

La Basílica
(Reg. VIII, Ins 1, 2). Data del siglo II a.e.c. Estaba destinado a la administración de la justicia y a las contracciones económicas. De planta rectangular 24 x 55m dividida en tres naves por 28 columnas de barro cocido, con techo a doble vertiente. La entrada principal tiene un vestíbulo con forma de pórtico sostenido por pilastras de toba. En el fondo, se encuentra un alto pedestal de estilo heleno, el tribunal y el estrado donde se sentaban los jueces. Accesible a través de una escalera de madera. Conserva restos de revoque del primer estilo.







Templo de Apolo
Frente a la Basílica se encuentra el templo de Apolo, dentro de una amplia zona delimitada por un cuadripórtico con 48 columnas. (Reg. VII, Ins 7, 32) .Uno de los templos más antiguos de Pompeya, data del 575-550 a. C. época samnítica.
La cella está situada en un podium típicamente itálico rodeado por una columnata corintia con seis columnas en su parte frontal. A los pies de la escalinata se encuentra una  ara fabricada en travertino, cuya inscripción se remonta a la época de Sila, cuando Pompeya pasó directamente al dominio de Roma. A la izquierda, según se mira la cella, se halla una columna jónica en mármol gris y por encima de esta se aprecia un reloj de sol.
El culto al dios Apolo, importado de Grecia, estaba muy difundido en la región de Campania. En Pompeya, como lo han demostrado las investigaciones realizadas en el área de este templo, se remonta al siglo VI a. C., si bien su aspecto actual recoge una remodelación del siglo II a. C. y una restauración posterior al terremoto del 62 d. C., que al momento de la erupción aún no se había terminado.
Se supone que además de Apolo (de quien se encontró una estatua en el acto de arrojar una flecha), otras divinidades eran veneradas en este recinto: Diana cazadora y Mercurio.
También destaca el reloj solar de época augusta. El pavimento de la cella tenia un motivo de rombos de colores, que imitaban cubos en perspectiva.
 Pompeya: Templo de Apolo, edificado en el siglo VI a.C. y restaurado en el II a. C.
Templo de los Lares
(Reg. VII, Ins 9, 3). Al lado del macellum se encontraba una amplia construcción de la misma época, identificada como el templo de los Lares Públicos, es decir, de las divinidades tutelares de la ciudad, a las cuales había sido dedicado después del terremoto que había aterrorizado a los pompeyanos.
Todo indica que fue construido después del terremoto del 62 y se consagró a los dioses protectores de Pompeya. El edificio esta recargado de hornacillas y columnas adosadas a la pared. En el centro del área se halla el altar donde se realizaban los sacrificios. Mide 18x21m y consta de tres partes en torno a un patio central. El santuario, construido en ladrillo, tanto en reticulatum y incertum, No estaba terminado en el momento de la erupción. 
Templo de Vespasiano - El Aedes Genii Augusti
Inmediatamente después del templo de los Lares se encontraba el templo de Vespasiano, con un altar de mármol esculpido que representa la escena de un sacrificio.
(Reg. VII, Ins 9, 2). Templo consagrado al culto del genio del emperador Vespasiano. Estaba en reconstrucción cuando sucedió la erupción del 79. A través del pórtico se accedía al patio descubierto donde había un altar para los sacrificios. Adosada a la pared del fondo esta el templo donde se custodiaba la estatua del emperador. Una puerta en la pared trasera daba acceso a tres habitaciones utilizadas por el personal a cargo del templo y como almacenes.
Mesa Pondedaria
(Reg. VII, Ins 7, 31 ). Era la oficina pública donde se controlaban las pedidas de capacidad y peso. Se utilizaba como patrón un sistema métrico osco que fue reemplazado por el sistema promulgado en época augustal, tal y como hace mención la inscripción del año 20 a.e.c. La mesa es de piedra caliza, con cavidades de distintas medidas para los productos.
Templo de la Fortuna Augusta
(Reg. VII, Ins 4, 1) El duoviro M. Tulios ordenó edificar este templo en honor al emperador. La cella estaba adornada con cuatro columnas corintias. En el interior estaba la estatua de la diosa y en la hornacillas laterales la familia del imperial y la de M. Tulios. Los templos dedicado al culto de la Fortuna Redux, se construyeron cuando Augusto regreso de las campañas de los años 19-13 a.C.
Pompeya: Templo de la Fortuna Augusta, al norte del Foro.
Foro triangular
(Reg. VIII, Ins 7, 30). Se localiza en sur de la ciudad de cara al mar y al río Sarno. Se accede a él a través de unas puertas monumentales con columnas jónicas. Esta circundado por un pórtico de 95 columnas dóricas, excepto en la fachada sur. Forma parte del proyecto urbanístico de la reforma de barrios de los teatros del siglo II a. C.
Curiosa es la construcción alrededor del pozo sagrado, edificado por el samnita Numerius Trebius.
Se trata de un área sagrada de forma triangular, situada en una pequeña colina desde la que se aprecia una vista panorámica de la costa. Se accede a la plaza por el vértice norte del triángulo mediante un elegante pórtico precedido por seis columnas jónicas.
En la parte anterior del pórtico se encuentra la base sobre la que se colocaba una estatua honoraria de M. Claudio Marcello, nieto de Augusto. El edificio que determinó la creación de esta área sagrada es un templo muy antiguo, del siglo VI a. C. Originalmente dedicado a Hércules, considerado por los habitantes de Pompeya como el fundador de su ciudad, también se dedicó más tarde al culto de Minerva.
Templo de Isis
(Reg. VIII, Ins 7, 28). El templo se construyó en el siglo II a.C. y se reformó tras el terremoto por N. Popidius Ampliatus.
Destruido casi por completo por el terremoto del año 62, fue rápidamente reconstruido. Integrado en la parte central de un cuadripórtico con columnas estucadas y decoradas con pinturas, el templo se eleva sobre un alto podium según el esquema del templo itálico con una escalinata lateral. Al lado de la cella existen dos hornacinas destinadas a dos estatuas de Anubis y Harpócrates, hermano e hijo de Isis respectivamente.
La estatua de Isis fue descubierta en el pórtico. En una de la estancias se descubrió un purgatorium, pila de agua usada para las abluciones, y unos altares. Sus estucos están decorados con pinturas del cuarto estilo.
En la parte trasera del templo se levantan pequeños edificios entre los que figura la sala destinada a reuniones isíacas o Ecclesasterion; junto al ara se encuentra el Purgatorium con un hueco subterráneo que conservaba agua del Nilo utilizada en las ceremonias de purificación.
Templo de Venus
(Reg. VIII, Ins 1,3-5). Esta dedicado a la diosa Venus, protectora de Lucius Cornelius Sulla, fue construido después del año 80 a.C., cuando se convirtió en colonia romana. Posiblemente era el templo más suntuoso y esplendido de los edificios religiosos. Anteriormente a la conquista romana existía un templo dedicado a Venus Física, que fue asimilado. Tras la erupción el templo fue expoliado.
Termas
Termas Suburbanas
Construidas en época de Augusto. Eran unas termas particulares. Estas termas destacan por sus innovaciones arquitectónicas y sus decoraciones. Por su ubicación a extramuros, han sido continuamente saqueadas. En la parte baja se halla el complejo termal con una decoración fastuosa, mientras que el piso superior se hallaban tres apartamentos.
Destaca el fresco del vestuario del 4º estilo, que representa escenas eróticas, una de ellas con dos mujeres, único en la pintura romana. En el vestuario había un total de 16 cuadritos eróticos, numerados donde se depositaba la ropa y todo parece indicar que eran un reclamo de los servicios que allí se prestaban. También destaca el mosaico de Marte en la fuente del frigidarium.
A diferencia del resto de termas pompeyanas, estas no presentan distinción masculina - femenina. En el momento de la erupción se estaban reformando. Se excavó entre 1950 y 1988.
Termas Estabianas
(Reg. VII, Ins 1, 8). Es el edificio termal más antiguo de la ciudad, siglo II a. C. Se edificó sobre unas instalaciones más antiguas del siglo IV o III a. C. y fue reformado en varias ocasiones.
Las termas Estabianas se encuentran en el cruce de la Vía Estabiana (Via Stabiana) y la de la Abundancia (Via dell'Abbondanza). Las termas muestran signos de sucesivas restauraciones, la última de ellas tuvo lugar luego del terremoto del año 62. Estaba compuesta por una sección masculina y otra femenina. Tenía un sofisticado sistema de calefacción: el aire caliente circulaba bajo el piso y entre las paredes.
Tanto la sección masculina como la femenina estaba compuesta por una sala de vestir (apodyterium), una sala con piscina de agua fría (frigidarium), de una sala templada (tepidarium) y de una sala muy calefaccionada (calidarium), dotada de una bañera para agua caliente y de una fuente para abluciones con agua tibia. Además había otros ambientes, algunos anexos al gimnasio y una gran piscina para nadar al aire libre.
En la parte norte hay una letrina de grandes dimensiones. En la entrada de la palestra se conserva la decoración de estuco policromo del cuarto estilo, realizado poco antes de la erupción. La palestra fue reconstruida en época de Sila por los duunviros Caius Julius y Publius Aninius. También destaca la decoración del vestíbulo.

En la palestra de las termas existía un reloj de sol que tenía más de 200 años en el momento de la erupción, y conservaba una inscripción en osco que recordaba que lo había pagado el ayuntamiento con el dinero obtenido de las multas.

 
Termas del Foro
(Reg. VII, Ins 5). Construidas después de 80 a. C., por el Duoviro Lucio Caesius y los ediles Occius Cayo y Lucio Niraemius. A ambos lados del horno se hallaban las salas de los hombres y las salas de las mujeres. Los baños de los hombres tenían tres entradas, mientras que la mujer tenía una entrada única, en la vía delle Terme.

A la palestra porticada se accedía por la vía de foro o a través del vestuario de los hombres.

Unos telamones separaban las hornacillas donde se guardaban los ungüentos y los objetos de tocador. La bóveda esta decorado con bajorrelieves de estuco. Se realizaron reconstrucciones posteriores en el 62.
Las termas del Foro, si bien no son las más grandes de la ciudad, son de mucho interés debido a la elegante decoración y el excelente estado de conservación del calidarium y del tepidarium de la sección masculina.
Dos corredores permiten, en el caso de las termas para hombres, el paso al apodypterium de donde se pasa al frigidarium, en cuyo centro se encuentra una bañera circular para los baños fríos; y al tepidarium, decorada con fino estuco de la mitad del siglo I a. C. Allí se conserva un gran brasero que servía para calentar el ambiente, donado por Marcus Nigidius Vaccula. Del tepidarium se accede directamente al ambiente para baños cálidos, el calidarium calefaccionado con aire caliente que pasaba por el interior de las paredes dobles.
Esta habitación está dotada de dos bañeras: el alveus, de forma rectangular, para los baños calientes, y el labrum, con agua fría.
 
 



Termas centrales
(Reg. IX, Ins 4, 5). En el 62 se comenzaron a construir estas termas, hacia la vía de Stabia, donde se daban las actividades económicas y sociales de Pompeya. Las obras nunca se concluyeron. Eran unas termas mixtas.
Las termas centrales fueron ampliadas luego del terremoto del año 62 y para el 79 aún no estaban completamente terminadas.
Eran exclusivas para hombres, carecían de frigidarium, pero tenían un servicio del que carecían las otras termas: el laconicum, un ambiente para baños de vapor con aire caliente y seco. Este complejo, por la luminosidad y amplitud de los ambientes, su gran gimnasio y la excelente calidad del material de construcción, se puede asemejar a las termas de las grandes ciudades, incluida Roma.
Instalaciones deportivas y de ocio
El Gimnasio (Palestra) Samnita
(Reg. VIII, Ins 7, 29). Se localiza detrás del templo de Isis. Data de la segunda mitad del siglo II a.e.c. De planta rectangular porticado en tres de sus fachadas. En la parte sur, la no porticada, era donde se celebraban las ceremonias y la entrega de premios. Durante época osca se celebraban las reuniones de las asociaciones de carácter político-militar y las competiciones de los jóvenes pompeyanos.
El Gimnasio (Palestra) Grande
(Reg. II, Ins 7). Amplia palestra porticada con piscina en el centro de época augustal; ocupa una enorme área de aproximadamente 140x130m. Cuando al erupción, aun estaban restaurando los daños del terremoto. Por la fachada sur se accedía a la letrina, que era limpiada por una canaleta que nacía en la piscina. En el centro de la palestra había una gran piscina de 37x4m y que varían en profundidad de 1m en el oeste a cerca de 3m en el este.  Estaba porticado por tres de sus lados con columnas jónicas. Las paredes exteriores, de opus incertum, tienen pinturas en el tercer estilo. Se han hallado gran cantidad de graffitis.
Edificios para espectáculos
Teatro Grande
(Reg. VIII, Ins 1, 8). Edificado en el siglo II a.C. Adyacente al Foro triangular se encuentra el teatro grande, de la primera mitad del siglo II a. C., construido a la manera del mundo griego y helenístico, aprovechando la pendiente natural de una colina y restaurado y ampliado notablemente en la época romana. El espacio reservado a los espectadores estaba dividido en tres órdenes de gradas de mármol. El escenario tenía las tres puertas clásicas.

En época augustal se añadieron las tribunas de honor. Tenía una capacidad de unos 5.000 espectadores.
El teatro tenía un gran pórtico cuadrangular bastante bien conservado, donde los espectadores podían entretenerse antes del espectáculo y durante los intervalos. Luego del terremoto del año 62, este pórtico fue transformado en cuartel de gladiadores.
El Cuadripórtico de los Teatros
Espacio porticado por sus cuatro costados, típico de los teatros griegos. Fue edificado en el 80 a.e.c. En el año 62 tras el terremoto se le añadieron varias estancias, en dos pisos, a los largo de las paredes perimétricas. En el se encontraron las armas de los gladiadores, y se cree que en los últimos años fue la casa de estos.
Teatro Pequeño
(Reg. VIII, Ins 7, 19). El odeum, odeón, fue construido en el 80 a.e.c. Estaba destinado a los espectáculos musicales y a recitar poesías. Según las inscripciones poseía una cubierta que le dotaba de una acústica excelente. Una balaustrada decorada con patas de grifo aladas, separa la media cavea de la ima, donde se conservan las gradas donde estaban los asientos destinados a los decuriones. Tenia una capacidad de 1.500.- espectadores.
Tenía un tejado estable, fundamental para la acústica de la construcción; la presencia de este elemento, junto con los demás caracteres constructivos, ha llevado a la identificación del edificio con un odeón, destinado a representaciones teatrales y mímicas.
Anfiteatro
(Reg. II, Ins 6). Al final de la Vía de la Abundancia (Via dell'Abbondanza), una calle transversal lleva a la plaza ante la que se levanta la mole del anfiteatro, edificado alrededor del año 80 a.C. por Gayo Quinto Valgo y Marco Porcio, duunviros quinquenales. Constituye el ejemplo más antiguo conocido hasta ahora de anfiteatro de piedra; en Roma, por ejemplo, el primer anfiteatro fue el de Estatilio Tauro, de 29 a.C.

Pompeya

ARQUEOLOGÍA ROMA: POMPEYA


TEMA 14- POMPEYA Y HERCULANO
Pompeya fue una ciudad de la Antigua Roma ubicada junto con Herculano y otros lugares más pequeños en la región de Campania, cerca de la moderna ciudad de Nápoles y situados alrededor de la bahía del mismo nombre en la provincia de Nápoles.
Los orígenes del poblamiento de Pompeya son discutidos. Los restos más antiguos hallados en la ciudad son del siglo IX a.C., aunque eso no demuestra que ya existiera un asentamiento allí. Comoquiera que fuese, la mayoría de los expertos está de acuerdo en que la ciudad debía existir ya en el Siglo VII a. C. y estar ocupada por los oscos (uno de los pueblos de la Italia central), según se lee en la Geografía de Estrabón (siglo I a.C.)
Desde el siglo VIII a.C. habían existido colonias griegas en la región, destacando la importante ciudad de Cumas, al otro lado del golfo de Nápoles. Los etruscos se establecieron en la región alrededor del siglo VII a.C. y durante más de 150 años rivalizaron con los griegos por el control de la zona. Se desconoce, sin embargo, la influencia real de estos pueblos en el origen y desarrollo posterior de la ciudad, ya que los datos arqueológicos no son concluyentes. [Se sabe, eso sí, que a finales del siglo V a.C. los samnitas (otro pueblo de lengua osca) invadieron y conquistaron toda la Campania. En este momento histórico hay una disminución drástica de la cantidad de materiales hallados en la ciudad, lo que induce a algunos arqueólogos a pensar que la ciudad pudo estar abandonada temporalmente. Si estuvo abandonada, lo fue brevemente, porque durante el siglo IV a.C. la ciudad, incluida en la «Confederación Samnita», ya estaba tomando su forma actual y, de hecho, servía de puerto a las poblaciones situadas río arriba.
Los nuevos gobernantes impusieron su arquitectura y ampliaron la ciudad. Se cree que durante la dominación samnita, los romanos conquistaron la ciudad durante un corto período, pero esas teorías nunca han podido ser verificadas. Sea como fuere, se sabe que durante la época samnita la ciudad era gobernada por un magistrado (posiblemente también con poderes de administrador de justicia) que recibía el nombre de Medix Tuticus (en osco meddís túvtiks).
Pompeya participó en la guerra que las ciudades de la Campania iniciaron contra Roma, pero en el año 89 a. C. fue asediada por Lucio Cornelio Sila. Aunque las tropas de la Liga Social, comandadas por Lucio Clemento ayudaron en la resistencia a los romanos, en el año 80 a. C. Pompeya se vio obligada a aceptar la rendición tras la conquista de Nola. Después de éste episodio se convirtió en una colonia con el nombre de Colonia Cornelio Veneria Pompeianorum'. Los habitantes recibieron poco después la ciudadanía romana, pero se les privó de una parte de su territorio, donde Sila estableció una colonia militar.
La ciudad se transformó en un importante punto de paso de mercancías que llegaban por vía marítima y que eran enviadas hacia Roma o hacia el sur de Italia siguiendo la cercana Vía Apia.
Prueba de la tremenda actividad sísmica en la zona de Pompeya es que, en las cercanías de la actual Puerta Marina, se han hallado restos de un embarcadero, si bien algo más abajo en dirección al mar se han encontrado más edificaciones romanas. Así pues, la línea de costa tuvo que cambiar considerablemente en los últimos siglos de la ciudad, aunque no se sabe exactamente dónde estaría el puerto en sus últimos años de historia.
El año 59 se produjeron serios disturbios en el anfiteatro de la ciudad entre los pompeyanos y unos visitantes de Nuceria, que tuvieron como resultado diversos muertos y heridos. El enfrentamiento fue de tal magnitud que llegó a oídos del emperador Nerón, que prohibió las exhibiciones de gladiadores durante 10 años.
Alrededor año 62 un terremoto dañó seriamente Pompeya y otras ciudades cercanas. Según Tácito, «fue en gran parte destruida por un terremoto». Durante el período que va entre ese año y la fecha en que erupcionó el Vesubio la ciudad fue reconstruida, aunque se desconoce cuánto tardó la ciudad en recuperarse y, de hecho, se cree que algunos edificios podrían no haberse terminado de restaurar. En todo caso, hay también muestras de edificios rápidamente reconstruidos y redecorados, por lo que los desperfectos de algunos podrían bien deberse a los temblores de tierra que precedieron a la erupción y no al terremoto del año 62.
Varios edificios conservan placas en honor a los ricos personajes que utilizaron su propio dinero para repararlos.
La fecha tradicional para la erupción que aparece en el relato de Plinio el Joven es el 24 de agosto de 79. Sin embargo, esta fecha puede deberse a un error de transcripción durante la Edad Media, como se extrae de otras versiones de las cartas. Por tanto, algunos expertos opinan que en realidad tuvo lugar en otoño o invierno, dada la gran cantidad de frutos otoñales hallados entre las ruinas y el hallazgo de una moneda cuya fecha de acuñación más temprana no debió ser anterior a septiembre de 79. De hecho, algunas excavaciones sugieren que ya había acabado la vendimia.
Las primeras noticias confirmadas sobre la vida pública de Pompeya datan del siglo II a.C., cuando el aumento de la documentación escrita conservada permite saber que la ciudad estaba gobernada por un magistrado elegido anualmente y un consejo compuesto por ex-magistrados. Esta forma de gobierno cambió a raíz de la participación de la ciudad, entre el 91 y el 89 a.C., en la llamada guerra social, realizada contra los romanos por sus socii (los aliados) con tal de obtener la ciudadanía romana.
Tras la conquista de la ciudad por parte de las tropas romanas, parece que Pompeya se convirtió en municipium. En la práctica esto significaba que los habitantes de la ciudad, como los de todos los municipios, asumieron la ciudadanía romana en lo tocante a sus obligaciones ciudadanas (fiscales, militares, etc.) pero no en cuanto a los derechos de los ciudadanos.
En esencia, los habitantes del municipio perdieron su libertad política. Lo que Roma les dio fue una autonomía administrativa local, en este caso a cargo de un consejo de cuatro magistrados (quattuoviri), al lado del que había un cuestor (quaestor). Igual que a todos los municipios, a Pompeya se le dio la oportunidad de ejercer su propia jurisdicción.
En el 80 a.C. se produce un cambio importante cuando Lucio Cornelio Sila funda en Pompeya la Colonia Cornelia Veneria Pompeiorum, que conllevó una importante pérdida del equilibrio local, que, sin embargo, se solucionó en dos o tres décadas.
La cámara municipal de los quattuoviri se sustituyó por otra de sólo dos duoviri que convocaban y presidían las asambleas (que elegían los magistrados) y el consejo ciudadano (ordo decurionum), compuesto por cien de los magistrados anteriores. El duumvir más importante, llamado duumnvir iuri dicundo, era el responsable de la administración de justicia. El otro, llamado duumvir viis aedibus sacris publicis procurandis, cuidaba de las calles, los edificios públicos y religiosos, los mercados y el orden público.
Las informaciones que tenemos sobre lo ocurrido el 24 de Agosto del 79 d.C. se debe en gran parte a las cartas que Plinio el Joven envió al emperador Trajano donde relataba lo ocurrido pues su tío Plínio el Viejo había estado allí para ocuparse de los asuntos del imperio por entonces bajo la mano de Tito.
Plinio el jóven, describe así la tragedia : "Poco después la nube descendió y cubrió el mar. Miré hacia atrás: una densa nube negra se elevaba a nuestras espaldas, esparciéndose sobre la tierra como una inundación. Cayó la oscuridad completa, no aquella de una noche oscura o sin luna, sino tal como si se hubiese apagado la lámpara dentro de una habitación cerrada. Se podían escuchar los alaridos de las mujeres, el llanto de los infantes y los gritos de los hombres... y había aquellos que rezaban pidiendo la muerte dentro de su terror de morir. Muchos buscaron la ayuda de los dioses, pero aún más imaginaban que no existían ya dioses y que el universo caía en picado para sumirse en una oscuridad eterna hasta el fin de los tiempos”.
Se sabe que el volcán empezó a registrar actividad días antes del desastre mediante terremotos de baja intensidad, pero los habitantes estaban bastante acostumbrados a este tipo de actividad sísmica, así que no le dieron demasiada importancia, pero lo que nadie sabía es que durante años un gran depósito de magma se había acumulado bajo el volcán y este sería el detonante de la posterior erupción de tal virulencia que lo que de normal sería un efecto escalonado de las diferentes fases durante días se concentró en uno sólo, la madrugada y las horas posteriores del día 24.


El magma entró en contacto con agua que se filtraba provocando una lluvia de ceniza volcánica, así mismo el magma empezó a ascender unas 4 horas antes de la erupción, la superficie del volcán se fracturó poco después del mediodía ocasionando la explosión, empujando la piedra pómez y los gases a una altura de 28 Km en vertical, se puede decir que la energía térmica liberada era el equivalente a 100.000 veces la de la bomba nuclear de Hiroshima. La columna de gases y piedra alcanzó los 33 Km, pero cuando alcanzó la altura máxima se derrumbó, dispersando los gases a través de 20 Km a la redonda y provocando una lluvia de piedra pómez.
Se sabe que lo que mató a tantos habitantes no fue la piedra pómez, pero si los gases que debido a su toxicidad hicieron perder el conocimiento por la falta de oxígeno, no obstante los tejados de algunas casas por el peso se vinieron abajo y los barcos de apoyo para la evacuación quedaron abnegados por la piedra que caía sobre ellos.

En estudios posteriores y por las capas de los estratos se cree que el Vesubio unificó todas las fases más nocivas y mortales de los volcanes, cubriendo por completo las ciudades de Pompeya y Herculano, no muchos lograron escapar de la desgracia subiendo a los barcos atracados en puerto durante las primeras horas del día, el resto a espera de que lo peor ya hubiera ocurrido se protegieron en sus casas, cometiendo el mayor de los errores, pues a medida que pasaba el día el aire se hacía insostenible.

Pompeya, habitada por unas 20.000 personas y Herculano quedó reducida a cenizas, a día de hoy pueden verse los moldes que los arqueólogos han hecho de los cuerpos petrificados de los fallecidos, así como de animales, que nos trasladan de una manera muy gráfica a la agonía que sufrió la población. 
Historia de los trabajos arqueológicos
Gruesas capas de ceniza cubrieron dos ciudades situadas en la base de la montaña, y sus nombres y localizaciones fueron olvidados. Herculano fue redescubierta en 1738, y Pompeya en 1748.
Intervino como patrono y visitante frecuente de los trabajos, el Rey Carlos VII de Nápoles, mucho más conocido como Carlos III de España entre 1759 y 1788 en que muere en Madrid. Este Rey siguió también y patrocinó expediciones arqueológicas hispanas en Yucatán, sobre restos de pirámides mayas, hoy conocidísimas.
Fue ingeniero director de los trabajos de Pompeya y Herculano el aragonés Roque Joaquín de Alcubierre y colector y mantenedor de muchas esculturas encontradas durante una treintena de años, hoy preservadas en Madrid, Roma y Nápoles.
Desde entonces, ambas villas han sido excavadas revelando numerosos edificios intactos, así como pinturas murales. Realmente el descubrimiento tuvo lugar en el año 1550, cuando el arquitecto Fontana estaba excavando un nuevo curso para el río Sarno. Pero hubo que esperar 150 años antes de que se iniciara una campaña para desenterrar las ciudades. Hasta esa fecha, se asumía que Pompeya y Herculano se habían perdido para siempre.
Se ha sostenido la teoría (sin demostrar) de que Fontana, inicialmente encontró algunos de los famosos frescos eróticos, y debido a la estricta moral reinante en su época los enterró de nuevo en un intento de censura arqueológica. Excavadores posteriores plasmaron en sus informes que los lugares en los que estaban trabajando habían sido desenterrados y enterrados de nuevo con anterioridad.
El foro, los baños, muchas casas y algunas villas permanecieron en un sorprendente buen estado de conservación. A poca distancia de la ciudad se descubrió un hotel de 1000 m² que hoy en día se conoce como "Gran Hotel Murecino".
Las ruinas fueron objeto de varias campañas de bombardeo por parte de los Aliados en 1943, que destruyeron buena parte del Teatro Grande y del Foro, así como algunas casas, que fueron convenientemente restauradas una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial.
Daños sísmicos y volcánicos
Una importante área de las investigaciones se centra en las estructuras que estaban siendo restauradas durante la erupción (presumiblemente dañadas en el terremoto del año 62). Algunas de las pinturas antiguas dañadas pudieron ser cubiertas con nuevos frescos, y se utilizan modernos instrumentos para analizar las pinturas ocultas. La razón más probable por la cual esas estructuras todavía estaban siendo reparadas 17 años después del terremoto era la creciente frecuencia de pequeños temblores que precedieron a la erupción, como se puede extraer de las palabras de Plinio el Joven, único testigo cuyas noticias nos han llegado: «Durante muchos días antes hubo temblores de tierra».
Aunque la ciudad de Pompeya se ha conservado en un estado envidiable bajo la capa de cenizas, hay que tener en cuenta que durante la erupción los edificios vivieron un fenómeno muy parecido a un bombardeo, motivo por el cual la mayoría de los tejados se vinieron abajo y muchas edificaciones grandes se hallaron gravemente arruinadas.
Durante las excavaciones, ocasionalmente eran hallados huecos en la ceniza que habían contenido restos humanos. En 1860, el arqueólogo italiano Giuseppe Fiorelli sugirió rellenar estos huecos con yeso, obteniendo así moldes que mostraban con gran precisión el último momento de la vida de los ciudadanos que no pudieron escapar a la erupción. En algunos de ellos la expresión de terror es claramente visible. Otros se afanan en tapar su boca o la de sus seres queridos con pañuelos o vestidos tratando de no inhalar los gases tóxicos, y alguno se aferra con fuerza a sus joyas y ahorros. Tampoco falta quien prefirió ahorrarse el tormento quitándose la vida, conservándose su cuerpo junto a pequeñas botellitas que contenían veneno. Los perros guardianes siguen encadenados a las paredes de las casas de sus amos, al igual que los gladiadores del anfiteatro (en este último caso, acompañados de una misteriosa mujer cargada con todas sus joyas de gala).
El número actual de víctimas detectadas es de unas 2.000, y es de esperar que aparezcan muchas más en las partes de la ciudad que todavía no han sido excavadas.
La ciudad ofrece un cuadro de la vida romana durante el siglo I. El momento inmortalizado por la erupción evidencia literalmente hasta el mínimo detalle de la vida cotidiana. Por ejemplo, en el suelo de una de las casas (la de Sirico), una famosa inscripción Salve, lucrum ("Bienvenido, dinero"), quizás con intención humorística, nos muestra una sociedad comercial perteneciente a dos socios, Sirico y Numiano (aunque este último bien podría ser un apodo, ya que numus significa moneda). En otras casas abundan los detalles sobre diversos oficios, como los trabajadores de la lavandería (fullones). Así mismo, las pintadas grabadas en las paredes son muestras del latín empleado en la calle. Sin embargo, no hay que pensar que la ciudad que se excava en la actualidad quedó congelada en el momento de la erupción. La población de Pompeya se calcula entre las 6.500 a las 30.000 personas, mientras que sólo se han encontrado unos 2.000 cadáveres.
Además, muchos de los edificios están extrañamente vacíos, lo que hace pensar que gran parte de la población habría huido ya durante los terremotos que precedieron a la erupción (recordando, quizás, el gran terremoto del año 62) y se habrían llevado con ellos una parte de sus objetos de valor. Se explican así, además, algunos de los tesoros que se han hallado en la ciudad, ya que los ciudadanos que huyeron los escondieron para recuperarlos cuando los problemas pasaran. Por último, existen varias pruebas de que la ciudad fue saqueada (ya por sus antiguos habitantes o por otras personas) a fin de recuperar sus pertenencias o llevarse los materiales valiosos, para lo cual excavaron túneles entre las cenizas.
En el año de la erupción, se calcula que la población de Pompeya era de unas 15.000 personas. La ciudad estaba situada en una zona donde abundaban las villas vacacionales, y contaba con numerosos servicios: el macellum (gran mercado de alimentos), el pistrinum (molino), los thermopolia (una especie de taberna que servía bebidas frías y calientes), las cauponae (pequeños restaurantes) y un anfiteatro.
En 2002 un importante descubrimiento en la desembocadura del río Sarno reveló que en el puerto también había viviendas, muchas de ellas palafitos con un sistema de canales que sugieren una cierta similitud con Venecia.
Urbanismo
Pompeya es la única ciudad antigua de la que se conoce de forma precisa su estructura topográfica, sin modificaciones posteriores. No estaba distribuida en un plano regular como solía ocurrir con las ciudades romanas, debido a la irregularidad del terreno. Pero sus calles eran rectas y formaban una rejilla al más puro estilo romano, con su cardo y dos decumanos.
El sector sudoeste, no obstante, presenta un trazado muy irregular, y es el núcleo original del asentamiento osco, al que se le fueron añadiendo las diversas ampliaciones con un trazado mucho más regular. El trazado de la muralla ya estaba definido en el siglo VI a.C. y probablemente también el de las principales calles, aunque incluso en el año 79 permanecían en la ciudad, especialmente en el sector oriental, numerosos descampados y cultivos, que muestran que el espacio intramuros nunca estuvo muy densamente poblado.
Los nombres actuales de las calles, puertas y edificios de la ciudad datan en su mayoría del siglo XVIII o XIX, ya que muchos no tenían nombre concreto durante la época romana, y en otros casos no se ha conservado. Se sabe tan sólo que la actual Vía de la Abundancia debió llamarse Via Pompeiana y cruzaba la Via Jovia (de Júpiter) y la Via Dequviaris, que no se han identificado. En cuanto a las puertas, la actual Puerta de Herculano llevaba el nombre de Porta Salis o Saliniensis y la Puerta Marina se llamaba probablemente Porta Forensis.
Actualmente para localizar los edificios en el plano se usa el sistema ideado por Giuseppe Fiorelli, que dividió la ciudad en 9 regiones, cada una de ellas con un número identificativo para cada manzana y, dentro de cada manzana, para cada puerta.

Pompeya: Vía de la Abundancia, cruzaba la ciudad en sentido este-oeste.
Restos arqueológicos
Itinerario
Foro
(Reg. VII, Ins 8). Data del siglo II a.C., pero fue en el siglo I a.C. con la romanización cuando se le doto de los edificios imperiales y las estatuas honorariae. Sus medidas de 145 x 38m, con una tribuna para los oradores, a su alrededor se levantaban los edificios públicos, religiosos y civiles más significativos. El Foro estaba porticado en sus tres lados, con columnas dóricas con un segundo orden de columnas jónicas.
El foro era el centro cívico y el corazón de la vida comercial de Pompeya. Era un amplio espacio abierto con forma rectangular rodeado en tres de sus lados por una columnata y en el otro por el Templo de Júpiter, con varios edificios públicos importantes en torno a él.
A: Templo de Júpiter      B: Basílicas     C: Templo de Apolo      D: Mercado de la Lana
Era típico ver en el foro mesas o banquetas donde los vendedores exponían sus productos al público, se colocaban en los bordes de la zona libre, junto a las columnatas y cuando llovía se trasladaban a los corredores, unos pasillos que estaban techados donde la gente paseaba y solía negociar.
Al foro se accedía mediante una gran puerta de bronce, dentro del foro no se permitía la circulación de carruajes.
En el foro había tablillas expuestas al público donde se escribía noticias importantes de la época, como el resultado de las últimas elecciones o la fecha de algún espectáculo, e incluso había gente que aprovechaba para exponer sus quejas o para hacer publicidad de su establecimiento. Un ejemplo encontrado de ellos sería: "Macerior ruega al edil que prohíba a la gente hacer ruido en la calle y moleste a las personas decentes que están durmiendo".
Se cree que tras la erupción, los pompeyanos volvieron y se llevaron las estatuas que adornaban el Foro y los edificios circundantes.
Edificios de Administración Pública
Son edificios rectangulares, se cree que la sala oriental era la de los magistrados, la central el tabularium y la otra la de los decuriones. En la fachada sur se halla el comitium, recinto donde se reunía el pueblo para ejercer sus derechos políticos y administrativos. Data del 89 a. C.
Templo de Júpiter
(Reg. VIII, Ins 8, 1 ). Fue erigido en el siglo II a.e.c. Posee un podium, con escalera frontal, rodeado de columnas corintias. En el interior se hallaba la estatua de Júpiter. En el 80 a.e.c. se transformo en capitolium y se consagro a la trinidad capitolina, Júpiter, Juno y Minerva. El podio fue restaurado en época de Tiberio. En la cella hay una cabeza colosal de Júpiter de época de Sila. A ambos lado del podio se hallan la bases de la estatuas ecuestres. La cella estaba pavimentada con un motivo de rombos de colores, que imitaban cubos en perspectiva (opus scutulatum). Las paredes estaban decoradas con pinturas del 1º, 2º y 3º estilos.
Los Graneros del Foro
(Reg. VII, Ins 7, 29 ). Era el mercado de las frutas y verduras, foro Olitorio. Data del 62 y posiblemente no estaba terminado cuando se produjo la erupción. Reemplazaba a otros edificios con soportales y junto a el había una letrina de grandes dimensiones. Actualmente se utiliza como almacén de los restos arqueológicos.
El Macellum
(Reg. VII, Ins 7, 9, 7/8). Era el mercado principal de la ciudad. Data del siglo II a.C. y fue reformado en varias ocasiones. La plaza interna, mide 37 x 27 metros, tenía en su centro, una rotonda con 12 columnas que contenían un estanque con peces. En el patio porticado se hallaban las tiendas. En las doce bases del centro, descansaban las vigas de madera del techo cónico. En el fondo a la derecha se vendía la carne y el pescado y a la izquierda se ofrecían banquetes en honor al emperador, a quien estaba consagrado el templete. En la pared noroeste se conservan frescos del cuarto estilo.
Edificio de Eumaquia
(Reg. VII, Ins 9, 1). La sacerdotisa que en época, era la protectora de los lavanderos de lana, tejedores, tintoreros y blanqueadores; fue dedicado a la Concordia y a la Piedad Augusta, así como a Livia, esposa de Augusto, tal como reza una inscripción en el arquitrabe del pórtico. En el interior había un pórtico de columnas de dos pisos. En una hornacilla detrás de la exedra se hallaba la estatua de Eumaquia. Se cree que el edifico era el mercado de la lana o la sede del gremio de los fullones. A la derecha de la entrada había una tinaja, a la que la gente orinaba desde una escalera. Vespasiano hizo pagar un impuesto sobre la orina, que se utilizaba como lejía y para desengrasas tejidos. Su estado actual data de las restauraciones tras el terremoto del 62. Las paredes estaban revestidas de mármol. El portal esta enmarcado por un relieve de mármol de una gran belleza, decorado por pájaros, hojas acanto e insectos, parecidos al Ara Pacis.