dijous, 26 d’abril del 2012

   


Las tiendas fueron una característica de las calles romanas, ocupando la parte frontal de las domus (casas) y de las insulae (edificios de apartamentos).
Aunque en general las tiendas de las ciudades romanas eran pequeñas y estaban situadas en calles ruidosas también existían calles especializadas en unos determinados productos y otras donde encontrar artículos de lujo.
La mayoría eran tabernae, espacios de una única estancia y con una gran puerta a la calle, aunque también había otras que contaban con más habitaciones que eran utilizadas para producir o almacenar la mercancía o como residencia.
En los mercados romanos se podían encontrar desde panaderías que preparaban sus propios panes hasta carnicerías y tiendas de telas, vinos y tabernas.
Las tiendas también podían encontrarse en el foro.
               

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