Las erupciones plinianas están asociada a magmas de composición félsica (ácidos). Se caracteriza por su alto grado de explosividad, con manifestaciones muy violentas en las cuales se expulsan grandes volúmenes de gas volcánico, fragmentos y cenizas. La expulsión a gran velocidad de estos materiales, junto con su rápida ascensión, forman columnas eruptivas que pueden superar los 30 km de altura, inyectándolos en la estratosfera. La característica clave para clasificar una erupción como pliniana es la emisión de grandes cantidades de pumita y las continuas y muy intensas expulsiones de ráfagas de gas tóxico. La lava es usualmente riolita, y rica en silicatos. Las lavas basálticas son poco comunes en este caso, aunque hay ejemplos, como la erupción del Monte Tawera en 1886.
Cuando son breves, las erupciones plinianas pueden durar menos de un día, pero en algunos casos pueden prolongarse durante días e incluso meses. Las erupciones más largas suelen comenzar con la producción de nubes de ceniza volcánica, a veces acompañadas de flujos piroclásticos.
La cantidad de magma expulsado puede ser tan grande que provoque el colapso del cono volcánico, apareciendo una caldera. Las capas de ceniza fina emitida en estas erupciones pueden depositarse a lo largo de un territorio muy extenso; por ejemplo, en el caso de erupciones prehistóricas del Vesubio, se han encontrado restos de cenizas finas a lo largo de toda la Campania y la Terra di Lavoro, en una extensión que sobrepasa los 300 km de distancia al volcán.
Usualmente, las erupciones plinianas van acompañadas de grandes estruendos, como los que se oyeron con la explosión del monte Krakatoa. Esto se debe a la gran acumulación de gases y volátiles que se da en la cámara de magma, previo a la erupción. La presión aumenta enormemente, generando temblores de tierra que suelen anticipar a la erupción, hasta el momento de la misma, en que el gas logra liberarse con gran estruendo, y usualmente haciendo explotar la cumbre del volcán.
La explosión del Krakatoa fue tan poderosa que se oyó a 5.000 km de distancia del lugar, y la isla desapareció casi por completo. Estas erupciones, por tanto pueden ser tremendamente destructivas.
Pompeya fue una ciudad de la Antigua Roma ubicada junto con Herculano y otros lugares más pequeños en la región de Campania, cerca de la moderna ciudad de Nápoles y situados alrededor de la bahía del mismo nombre en la provincia de Nápoles.
Fue enterrada por la violenta erupción del Vesubio el 24 de agosto del año 79 d. C. La ciudad moderna de Pompeya contaba con 25.751 habitantes en 2007 y forma parte de la provincia de Nápoles.
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