dilluns, 10 d’octubre del 2011

Costumbres Sobre RoMa


 
Roma en la época de máximo esplendor tenía una población de que algunos estimaban en un millón de habitantes.

El aborto era una práctica corriente, y si no salía bien, como el infanticidio no estaba permitido, se recurría al abandono del recién nacido al pie de una columna lactante, así llamada porque junto a ella había nodrizas (mujer que cría una criatura ajena) pagadas por el Estado para amamantar a los niños abandonados.

La madre romana que se decidía a poner un hijo al mundo, si no se veía reducida a una extrema pobreza, se desembarazaba enseguida de él, confiándolo primero a una nodriza y después, a una institutriz griega, y, finalmente, a un pedagogo, en general griego, para su instrucción. De lo contrario, lo mandaba a una de aquellas escuelas que ya habían surgido un poco por todas partes, pero que eran privadas, no estatales, para ambos sexos y dirigidas por un magister. Los alumnos frecuentaban las elementales hasta los doce o trece años.
 Después, se separaba a los dos sexos. Las chicas completaban su instrucción en colegios apropiados donde se enseñaba sobre todo música y danza. Los chicos emprendían los secundarios, regidos por gramáticos, que por ser también casi todos griegos, insistían sobre todo en la lengua, literatura y filosofía griegas.
 
La Universidad era representada por los cursos de los retóricos.  No había exámenes, no había tesis de literatura, no había doctorado. Había sólo conferencias seguidas de discusiones.

Quedaba sobreentendido que los chicos, a partir de los dieciséis años, frecuentase lupanares y no se prestaba mucha atención al hecho de que corriese también alguna aventura con hombres. Pronto esto acababa para los jóvenes con la llamada a las armas y posteriormente del matrimonio.
 
Las meretrices (prostitutas) consideraban un deber entretener a los clientes no sólo con sus gracias, sino también con la conversación, la música, con danzas, un poco como las geishas en el Japón, y los clientes seguían frecuentándolos también después de casados.
 
VIvian muy felices... i celebrando banquetes i fiestas, ceremonias muy amenudo..
 
 
Banquete o festín es una comidaa celebrada con ostentación, como una fiesta privada o pública.
Puede incluso ser masiva o celebrada al aire libre. Aunque el objetivo genérico de cualquier banquete es la reunión en torno a una mesa y el deleite común de los sentidos, suelen tener un propósito particular, festivo o de celebración, vinculado a alguna ceremonia, especialmente los eventos familiares como las bodas o los banquetes funerarios.

La importancia de un banquete se mide, por un lado, por la calidad o cantidad de los manjares y las bebidas y el número de los platos; y por otro por el número de invitados o comensales. La persona que convoca, organiza y corre con los gastos del banquete se denomina anfiftrión y puede o no coincidir con el homenajeado, aquél a quien el banquete se dedica, que debe ser el principal agasajado.

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