dijous, 23 de febrer del 2012

ARQUITECTURA URBANA: LAS CIUDADES

ARQUITECTURA URBANA: LAS CIUDADES

Las ciudades conformaron la estructura civil y social de la civilización romana: se centralizaba el comercio, se relacionaban los distintos pueblos conquistados, y, en general se controlaba a la población.
Modelo de planta de una ciudad tipo romana
Modelo de planta de una ciudad romana
 El diseño urbano de las ciudades romanas sigue unas pautas necesarias para el correcto funcionamiento de los servicios públicos y militares.


Básicamente, la ciudad romana está compuesta por una serie de módulos iguales, distribuidos ordenadamente -paralelos y equidistantes- y separados por calles. Entre todos forman un conjunto de diseño rectangular que está rodeado por una muralla perimetral con torres de vigilancia. Todas las calles son iguales, excepto dos: la que va del norte a al sur -kardo maximus- y la que va del este al oeste -decumanus-, que son más anchas y que terminan en las únicas cuatro puertas que tiene la muralla.


En el cruce de estas dos calles se ubican el foromercado. de la ciudad y el


Con estos módulos se diseñan los edificios públicos, el anfiteatro -dos módulos de largo y uno y medio de ancho-, el teatro -un módulo-, el mercado -un módulo-, el conjunto del foro -dos módulos-, etc.


Estas normas urbanísticas se desarrollan durante casi 10 siglos, creando las distintas ciudades.


Dentro de las ciudades, los tipos de vivienda se dividían en: casa, domus, la insula y la villa. También existieron las casae o viviendas de esclavos y clases bajas, que por sus precarios sistemas de construcción, hoy han desaparecido. Además aparecieron grandes edificios comunitarios como las basílicas, las termas y los importantes conjuntos socio culturales y religiosos llamados foros. 


 Las Murallas. La defensa de las ciudades ha sido uno de los principales asuntos con que las distintas culturas se enfrentaban para asegurar el porvenir, no solo de sus habitantes y pertenencias, sino también de su cultura y forma de vida. Los romanos fueron los que perfeccionaron los distintos métodos de defensa mediante murallas. En España tenemos múltiples ejemplos, casi todos de los primeros años de dominación -S.I y S.II a.C.- y muchos de ellos restaurados o remodelados, que atestiguan la importancia que estas edificaciones tenían en el mundo romano. Con la "Pax Augusta", como es lógico, se redujeron las edificaciones de murallas, volviendo a reactivarse en el S.III por la presión de los pueblos bárbaros.
 
Por lo general, consistían en dos paramentos paralelos de sillería -opus quadratum- de tamaño variable, y entre ellos un relleno de mortero, piedras e incluso de hormigón romano. Estas paredes exteriores, a veces tenían los sillares almohadillados, y estaban separadas por 4 m. como mínimo, llegando a los 10 m. es ocasiones excepcionales.


 La vivienda señorial romana o domus, era el domicilio de los personajes relevantes dentro de cada ciudad. Totalmente definida por los arquitectos, constaba de un estructura muy concreta, 

basada en la distribución mediante patios porticados: la entrada

-fauces- da acceso a un pequeño pasillo -vestibulum-, tras el cual aparece un patio porticado -atrium- en cuyo centro se encuentra el impluvium, o depósito de recogida de agua que cae desde el compluvium. A ambos lados -alae - se despliegan varias cámaras que corresponden a lashabitaciones de los esclavos de servicio, las cocinas y las letrinas. En su fondo está el tablinum, o salón de casa, y a su lado el triclinium o comedor. Además este atrium da la luz suficiente a estas habitaciones circundantes. A los lados del tablinum, por unos pasillos, se accede a la parte noble de la domus. El segundo patio porticado -peristylium- es más grande y tiene un jardín central. Está rodeado por habitaciones -cubiculum- y presidido por una exedra utilizada como sala de banquetes o de reuniones. Dependiendo del clima o del espacio disponible, estas construcciones tenían uno o dos pisos. También, se realizaban domus, con un solo patio porticado como eje de la vivienda. Además en los laterales de la construcción se abrían puertas de acceso a cámaras -tabernae- que eran comercios, bien dependientes de la domus o alquiladas a comerciantes externos. 



  La insula, ejemplo de casa urbana popular. Se puede decir que es el precursor de nuestros edificios de viviendas actuales. Para aprovechar el espacio de las ciudades, se proyectaron construcciones de hasta cuatro pisos. En la planta baja se abrían tiendas -tabernae- y en los superiores, apartamentos de varios tamaños. Todos las estancias comunicaban con un patio central comunitario adornado con fuentes o jardines. Podemos interpretar un edificio de estas características en las riunas de Termancia.

      En la basílica, centro social donde se comerciaba, se hacían reuniones políticas y se celebraban los juicios.
Planta de Basilica romana
Planta de Basílica romana



       Su planta es rectangular y se   compone  de tres o cinco naves separadas por columnas, siendo la central más ancha. Por lo general, en el caso de componerse con cinco naves se levantaban dos alturas en la nave central, con el objeto de abrir huecos para la entrada de luz. Esta nave  estaba encabezada por una exedra o ábside, donde se ubicaba la presidencia y, en el otro extremo, la fauces o entrada.
 
La cubierta, a dos aguas, siendo el techo interior plano, aunque en alguna ocasión se utilizó la bóveda.


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